EDUCAR DE MODO INTEGRAL. La institución educativa debe ser un lugar de búsqueda permanente del desarrollo integral de la persona, que haga posible un desarrollo armónico y equilibrado que abarque todas las capacidades: personal, social, intelectual, laborales, religiosas, comunicativas, afectiva, artísticas, etc.
EDUCAR PARA EL TRABAJO. Es orientar a los estudiantes aprendices en la adquisición de competencias para el desempeño de una ocupación que les permita realizarse socialmente y económicamente como persona.
EDUCAR CON LA FAMILIA. Una acción educativa eficaz, especialmente en lo referente a valores, actitudes y hábitos de trabajo, requiere una estrecha coordinación entre la familia y la escuela.
EDUCAR EN LIBERTAD Y PARA LA LIBERTAD. La educación debe capacitar al individuo para una libre y responsable elección entre las diversas opciones que la vida le ofrece a cada momento. Se busca formar personas comprometidas con la sociedad en la que viven, respetando los principios y valores democráticos, y fomentando que sean personas implicadas en la defensa de la paz, la solidaridad, la justicia y el medio ambiente.
EDUCAR EN EQUIPO. Los padres, los profesores, la dirección de la institución educativa, los orientadores, el personal de administración y servicios, los alumnos, todos deben formar una verdadera comunidad escolar para unir fuerzas con objeto de alcanzar las metas pedagógicas a las que aspira toda la comunidad escolar, serán un gran incentivo para trabajar en equipo, creando una identidad que trascienda a todas y cada una de las personas que lo integran y se construya entre todas ellas.
EDUCAR LA APTITUD ESTÉTICA. La naturaleza y el arte han sido siempre un lugar privilegiado de encuentro con los valores más altos. Esa actitud se refleja en el esmero por las programaciones artísticas y científico-naturales, el cuidado de la formación musical y el empeño por participar en cuantos programas culturales estén a nuestro alcance.
EDUCAR PARA EL DEPORTE Y LA VIDA SANA. El ser humano debe cuidar con esmero y responsabilidad el desarrollo de su propia corporalidad, que ha de ser activa, plena, vigorosa, sana y auto controlada. Para ello ha de adquirir hábitos de cuidado del cuerpo a través del ejercicio físico, la higiene y la alimentación equilibrada. Desde el diseño mismo de las instalaciones, hasta el compromiso por desarrollar la actividad deportiva en el centro, así como la conformación de las escuelas de formación deportiva, supone un magnífico refuerzo a la educación en estos hábitos imprescindibles en la formación de los alumnos, que encuentran también su lugar adecuado en las programaciones didácticas de los departamentos y equipos correspondientes.